Los jóvenes tienen el derecho a una educación de calidad, que les brinde oportunidades para crecer, desarrollarse y alcanzar sus metas. También tienen el derecho a participar activamente en la sociedad, expresar sus opiniones y ser escuchados en los procesos de toma de decisiones.
Además, los jóvenes tienen derecho a acceder a servicios de salud integrales, que abarquen tanto su bienestar físico como emocional. Es fundamental asegurar que reciban la atención médica adecuada y programas de prevención que promuevan una vida saludable.
La igualdad y la no discriminación son principios fundamentales. Todos los jóvenes merecen ser tratados con igualdad y respeto, sin importar su origen étnico, género, orientación sexual u otras características personales.
Por último, los jóvenes tienen derecho a vivir en un entorno seguro, libre de violencia y abuso. Es responsabilidad de todos garantizar su protección y bienestar.
